Casi siempre buscamos un culpable para los problemas en nuestra vida, pero… ¿Y si tu mism@ te saboteas sin darte cuenta?
Debemos estar conscientes que todo lo que hacemos tiene una consecuencia, ya sea buena o mala, y esto, aplica en lo laboral, relaciones personales y todas las áreas en nuestra vida.
Cuantas veces nos hemos atragantado al seguir el ritmo de las campanadas, mientras comemos esas 12 uvas en la cena de fin de año, con propósitos que se desvanecen conforme pasa el tiempo. En vez de culpar a Dios, al Universo e incluso a familiares o amigos, pregúntate ¿Qué estoy haciendo que me lleva en la dirección opuesta a donde quiero ir? ¿Qué acciones debo tomar para que esos propósitos se cumplan en realidad?

No vas a conseguir el empleo de tus sueños en tu casa, solo deseándolo, necesitas esforzarte en tener habilidades o conocimientos que ese empleo requiere, una vez adquiridas, debes tocar puertas en sitios donde puedes conseguirlo.
Quieres mejorar tu salud, pero comes comida chatarra, tomas refresco en cada comida en vez de agua, no haces ejercicio con regularidad, pero culpas incluso hasta a tu propio cuerpo. Te gustaría ahorrar dinero, pero diario te compras tu “café alto semidescremado con un toque de canela y crema batida”. ¿Te das cuenta cómo tus propias acciones van en contra de tus objetivos?
Muchas veces nos dejamos llevar por opiniones de personas que ni siquiera llevan la vida que nos gustaría tener y nos llenan la cabeza con comentarios como “no te va a matar comer una rebanada de pastel” o “no seas ridicul@ ya mejor empiezas el lunes” y cuando volteas, te das cuenta de que cada día pospones tus metas, en consecuencia, se hace más difícil retomar el camino, pues has creado malos hábitos.
No te sientas mal, a todos en algún momento nos ha pasado, pero siempre, con esfuerzo y disciplina, podemos dar la vuelta a la situación.

Vamos a hacer un ejercicio, escribe una meta a corto plazo que te gustaría cumplir, sé muy honest@ contigo mism@ y anota esas cosas que estás haciendo, que no te permiten lograrlo, recuerda evita culpar a terceras personas pues al final tu decidiste hacerlo. Ahora haz una lista de acciones que debes realizar para poder llegar a ese objetivo. Te aseguro que mientras avances notarás cambios, los cuales te servirán como motivación para seguir adelante.
Aprende a confiar en el proceso y no te desesperes al primer intento, se trata de crear hábitos nuevos, para tener resultados diferentes, recuerda que para poder cambiar tu entorno lo primero que debe cambiar, ¡Eres tú!