Punto LGBTQ+

El orgullo no es una moda, es sobrevivir cada día

Junio es mucho más que arcoíris. Es la historia de resistencias, de besos escondidos y miradas valientes. Orgullo es poder decir “estoy aquí” sin pedir disculpas/

¿Que por qué celebramos el Orgullo?
 Porque durante siglos no pudimos hacerlo.
 Porque fuimos condenadxs, encerradxs, curadxs, exiliadxs, asesinadxs… y aún así estamos aquí.

Sí, hay fiestas, glitter, drags espectaculares y camiones llenos de música. Pero si eso es lo único que ves en junio, entonces no estás viendo lo importante.

Orgullo es un cuerpo que camina por la calle sin esconderse

Piénsalo: para ti tal vez es solo “caminar”, para una persona trans, una lesbiana visible o una pareja gay tomada de la mano, puede ser una declaración de guerra contra los prejuicios.

Orgullo es mirarte al espejo y decir “te amo”, cuando te enseñaron a odiarte.
 Es no corregir tu voz afeminada.
 Es salir con tu pareja sin revisar si hay cámaras.
 Es bailar como quieres, besar a quien amas y vivir como eres.
 Sin pedir permiso. Sin pedir perdón.

¿Por qué junio?

Porque el 28 de junio de 1969, en un bar llamado Stonewall Inn, en Nueva York, un grupo de personas trans, racializadas y marginadas —que ya habían tenido suficiente— se rebeló. No con hashtags, no con campañas de colores. Con rabia, con tacones, con piedras y con el corazón en la boca.

Fueron mujeres trans negras como Marsha P. Johnson y Sylvia Rivera las que dijeron: “basta de escondernos”. Y gracias a ellas, tú puedes hoy usar tu bandera en Instagram.

Así que sí, Pride es también política. Y memoria. Y duelo.

Testimonio de calle y coraje:

“La primera vez que fui a una marcha, llevaba una mochila con una camiseta de repuesto. Por si alguien me reconocía. Hoy llevo la bandera en la espalda y en el alma. No es que dejé de tener miedo, es que aprendí que no vine a este mundo para encajar. Vine para ser.”
 —Julián, 31 años, Monterrey

También es celebrar, porque resistir cansa

Claro que vamos a bailar, a cantar, a pintarnos la cara y gritar con los pulmones llenos. Porque estar orgullosx no significa estar siempre en lucha. Significa también darte el derecho de existir con alegría, con deseo, con risas y con amor.

Y si alguien dice que el Pride “ya no tiene sentido”, que venga un día a nuestras casas, nuestras historias, nuestras calles, nuestras heridas.

Todavía hay tanto por lo que luchar. Pero también tanto por lo que bailar.

El punto es…

El orgullo no es una tendencia de junio. Es una vida entera de sobrevivir, sanar y amar a pesar del miedo. Marchamos porque podemos. Porque antes no podíamos. Y porque aún hay quienes no pueden.

Así que si vas a la marcha, ve con el alma despierta. No es solo fiesta. Es memoria, rabia, ternura y libertad… en tacones o en tenis. Con glitter o con pancarta. Con lágrimas o carcajadas. Pero con el corazón latiendo fuerte.

¿Quieres contar qué significa el orgullo para ti?
 Escríbenos a puntolgbtq@gmail.com o etiqueta a @puntolgbtq con tu historia.
 Porque contar también es resistir.